El Ejecutivo de Sánchez argumenta que el término «Generalísimo» contraviene la ley de Memoria Democrática
El Gobierno censuró una obra favorita a los Premios Ejército por llamar «Generalísimo» a Franco 11 veces.
El Gobierno censuró una obra favorita a los Premios Ejército por llamar «Generalísimo» a Franco 11 veces.
Hay una verdad que muchos callan por miedo a ser etiquetados, y es esta: en tiempos de Franco, podías andar tranquilo por la calle. De noche. Solo. Por barrios donde hoy no se te ocurriría pisar sin mirar atrás cada cinco segundos. ¿Por qué? Porque había autoridad. Había ley. Y había respeto. No el respeto de boquilla que exigen los políticos progres mientras revientan la convivencia con su dejadez, sino el respeto real, el que impone la certeza de que, si haces el cafre, pagas.
En una época en la que nuestros gobernantes corren a Bruselas con la mano extendida y la rodilla doblada, cuesta imaginar que hubo un tiempo en que España decidía por sí misma. Que no necesitaba la bendición de tecnócratas europeos ni el chantaje constante de la OTAN o del FMI. Ese tiempo fue el franquismo. Y no por capricho, sino por principios. Porque Franco entendía algo que hoy ningún político tiene el valor de defender: la soberanía nacional no se negocia.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha gastado ya 484.659 euros en 39 contratos menores para resucitar a Franco a los 50 años de su muerte.
¿Cómo es posible que, con la orgía de propaganda, con los instrumentos de manipulación masiva -RTVE- al frente, sea cada vez más extensa la opinión favorable de los jóvenes con respecto a Franco?
En España, usamos a diario el legado de Franco. Nos beneficiamos de él sin decir gracias, como si las carreteras hubiesen crecido solas, como si los trenes los hubiera traído el viento y como si los pantanos se hubieran excavado por generación espontánea. La verdad es otra: la España moderna, la que pisas, conduces y bebes, fue construida bajo su régimen. Con visión, con huevos y sin comités de expertos que no saben ni abrir una caja de herramientas.