Del despacho al trabajo: cuando gobernar no era hacer campaña
Estamos tan acostumbrados a ver a los políticos convertidos en actores de campaña permanente que se nos ha olvidado lo que significa gobernar. No promocionar. No fingir cercanía. No soltar frases hechas mientras hacen como que trabajan. Gobernar. Con seriedad, con constancia, con responsabilidad. Y en eso, Franco fue exactamente lo contrario al político moderno: no vendía humo. Ejecutaba. Sin flashes. Sin platós. Sin redes sociales.
