“Memoria Democrática”: El costoso negocio de ridiculizar a Franco

En un país donde se predica la austeridad y se exige memoria histórica, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido conmemorar los 50 años de la muerte de Francisco Franco con una serie de actos que, más que recordar, parecen una burla institucional financiada con dinero público. Según informa El Confidencial, el Ejecutivo ha adjudicado más de 300.000 euros en contratos menores, es decir, a dedo y sin concurso público, para eventos que incluyen desde chistes antifranquistas hasta conciertos y catering de lujo .

Uno de los ejemplos más llamativos es la contratación de la Editorial Mong, responsable de la Revista Mongolia, por 18.148 euros para presentar su espectáculo “Chistes contra Franco”. Esta “acción artística” busca recuperar el humor antifranquista como forma de memoria disidente, según los organizadores. Mientras tanto, se destinan 7.920 euros solo en catering para un acto conducido por el cómico Quequé y la periodista Marina Lobo, y se pagan 6.050 euros por la actuación de un coro, entre otros gastos similares.

Esta serie de eventos no solo representan un uso cuestionable de los fondos públicos, sino que también evidencian una clara intención de reescribir la historia desde una perspectiva ideológica. Mientras se financian espectáculos que ridiculizan a una parte significativa de la historia de España, se obstaculiza sistemáticamente cualquier intento de rendir homenaje a figuras del franquismo, negando permisos y cerrando espacios a asociaciones que buscan recordar a sus muertos con respeto.

La “memoria democrática” promovida por el Gobierno parece ser, en realidad, una memoria selectiva que excluye deliberadamente a quienes no se alinean con la narrativa oficial. En lugar de fomentar un debate abierto y respetuoso sobre nuestro pasado, se opta por la censura y la burla, utilizando el dinero de todos los españoles para financiar actos que dividen en lugar de unir.

Es hora de cuestionar si este es el camino adecuado para construir una sociedad verdaderamente democrática y plural. Porque la historia no se borra con chistes, y la memoria no se impone con contratos a dedo.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *