De mártires a cómplices: del valor de 1936 a la claudicación de hoy

Hubo un tiempo en que ser obispo en España podía costarte la vida. Entre 1936 y 1939, 13 obispos fueron asesinados por el Frente Popular, muchos de ellos por milicianos del PSOE. No renegaron de su fe. No pidieron permiso para defender la verdad. Murieron como mártires. Con dignidad. De pie. Con la cruz en alto.

Hoy, en cambio, vemos a otros obispos —con sotana bien planchada y agenda oficial— inclinar la rodilla ante el poder político. Callan mientras se profana el Valle de los Caídos. Consienten mientras se manipula su sentido. Algunos incluso colaboran con entusiasmo, en nombre de una falsa prudencia que no es más que cobardía.

¿Dónde está hoy el espíritu de Cruz Laplana, de Basulto, de Polanco o de Esténaga? ¿Dónde están los pastores que no temen el conflicto, que no negocian con el mal? ¿Dónde están los obispos que no necesitan resignificar nada porque saben que el Valle se levantó para reconciliar a España, no para dividirla?

Los mártires dieron su vida por la verdad. Algunos hoy la venden por un sillón en la conferencia episcopal.

Desde Plataforma 2025 lo decimos alto y claro: el silencio cómplice ante la “resignificación” del Valle es una traición a esos obispos mártires. No hay reconciliación posible si se blanquea la persecución, si se normaliza la mentira, si se entierra la memoria bajo toneladas de corrección política.

El Valle de los Caídos fue símbolo de unidad y perdón. Hoy quieren convertirlo en centro de propaganda ideológica. Si los pastores no hablan, lo haremos nosotros.

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